
Estos últimos días de barco fueron intensos y gratificantes. Por eso, descansar un par de días en Mallorca no nos dió mucha culpa. En realidad un poco sí. Por eso aprovechamos para hacer un lindo trekking de montaña por las cercanías a Sóller que además nos permitiría probar aún más el drone y a nosotros mismos para lo que se viene. También recorrimos el puerto y nos maravillamos con los mega yates que ahí amarran.

Después de cenar una baguette de tortilla de papa y una caña, la noche fue dedicada a resolver temas con la tarjeta de crédito (no nos alcanzaría el saldo para cubrir la franquicia de nuestro próximo alquiler de auto en Ginebra), pero ese es otro cantar. Ya nos estamos despidiendo de Sóller, ese lindo pueblito alejado en la costa oeste de Mallorca, y en breve de España, con la mira puesta en Suiza y Francia. Comienza entonces otra nueva etapa en este viaje. Los Alpes, principalmente el Mont Blanc y el Matterhorn.