Y finalmente vinimos a Uspallata

Después de posponer un poco la salida (más que nada, porque el clima no acompañaba), finalmente el sol salió y tocó un lindo día. No desperdiciamos tiempo aunque pasaron algunas horas hasta que encendiera el Chez Móvil. Tanto, que nos fuimos a comer en el medio y volvimos para seguir dándole arranque… pero cuando nos estábamos por dar por vencidos, arrancó. Y aunque nos despertamos temprano (bah, a las 9) no llegamos al lavadero que cerraba a la 1 y media. Todo un tema viajar a Uspallata…

Pero este no era el único motivo por el que vinimos a Uspallata. Aprovechamos para ir al supermercado y stockearnos (por demás, según Chilu) para los días que vienen, a nuestro regreso a Penitentes.

Al momento de escribir este post, paramos en una estación de servicio a comer algo mientras Chilu hace lo que más le gusta: hablar con nuevos viajeros que se incorporan a este mundo rutero y transmitir lo copado de esta forma de vida.

Tan concentrada está que ni le importó sentarse en un banquito para chicos 😁 (pero para ella, alcanza y sobra 😂)

Hoy nos quedaremos a dormir acá, en Uspallata, en esta estación de servicio para mañana temprano llevar ropa a lavar y luego retornar a Penitentes. No sin antes hacer alguna que otra diligencia para los demás habitantes del complejo y probablemente rematar con una burguer en la YPF (nuestra única posibilidad de comer afuera 😁).


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